(24) Estos trabajos fueron realizados como responsable arqueológico de los permisarios Héctor Bado y Sergio Pronczuk. Estos, luego de denunciado el hallazgo ante la Prefectura Nacional Naval en el año 1992, ante la necesidad de desarrollar un proyecto de carácter arqueológico, se ponen en contacto con el Dr. Mensun Bound del Instituto "MARE" (Maritime Archaeological Research) de la Universidad de Oxford, el que hace una visita al sitio, presenta, en marzo de 1994, y presenta, ante la Comisión del Patrimonio, un proyecto de investigación de los pecios de la bahía de Maldonado en el que se prevén 4 fases para el trabajo, las dos primeras sin alteraciones de los sitios y las dos últimas de muestreo y excavación. La Comisión del Patrimonio resuelve autorizar la ejecución de la Fase 2 del proyecto presentado por el Dr. Bound en la medida que los permisarios cuenten con un arqueólogo que, en forma permanente, pueda hacerse responsable de las operaciones previstas. Esa responsabilidad es aceptada por mí en noviembre de 1995 quien, coordinando con el Dr Mensun Bound, y con la participación de un equipo venido especialmente desde Inglaterra llevamos adelante, entre febrero y abril de 1997 el proyecto de relevamiento cuyos objetivos principales eran los siguientes: a) Establecer el perímetro de los sitios, b) Determinar las características del lecho marino, c) Determinar la naturaleza y disposición de los restos arqueológicos (incluidos los maderos), d) Establecer un sistema de control de datos, e) Mapear y numerar los vestigios observables, f) Si la visibilidad lo permite, preparar el registro fotográfico, g) Realizar el mapeo de los vestigios en relación a tierra firme, h) Establecer un sistema de documentación y base de datos relativo a cada sitio en particular, i) Preparar un informe para las autoridades arqueológicas del Uruguay. En base a dicho informe y bajo mi exclusiva responsabilidad profesional se presentó el proyecto de rescate de las embarcaciones. Este fue aceptado por las autoridades del patrimonio y estuvo bajo mi dirección hasta marzo de 1999 en que debí renunciar por discrepancias de criterios técnicos con los permisarios.
(25) En el área se encuentran un gran número de pecios y, personalmente, en el curso de diversas inmersiones pude observar los restos de otros cuatro pecios que no fueron investigados.
El pecio más antiguo es el del navío "Sea Horse", que naufragó el 29 de setiembre de 1728 en la punta sur de la islaGorriti.
De acuerdo a la información recabada en el Archivo de Indias de Sevilla y en el Archivo General de la Nación Argentina se trataba de un barco negrero, perteneciente al Real Asiento de Inglaterra, que procedía de Buenos Aires bajo el mando del capitán Moore White. (26) El barco naufragó a las 11 de la noche ahogándose 23 de sus tripulantes.
El navío, arribado durante la suspensión del asiento por motivo de un conflicto con Inglaterra, pudo descargar su carga de esclavos (27) pero se vio impedido de hacer su carga de cueros, por lo que permaneció anclado frente a Colonia del Sacramento hasta emprender su regreso a Inglaterra, siendo sorprendido por un temporal a la salida del Río de la Plata. Sin embargo, tras su naufragio, el gobernador Zavala "tuvo noticia" (28) de que en el barco había una importante carga de metales preciosos. Ordenó entonces que se bucearan los restos del mismo. Los trabajos de buceo se prolongaron hasta abril de 1730 y se recuperaron más de 75.000 pesos. (29) La violencia de la rompiente en la zona donde se localizan los restos del naufragio y los antecedentes mencionados en relación al buceo de la embarcación en la época colonial explican el estado actual del pecio. Este se reduce esencialmente a los cañones de hierro, a algunos objetos de plomo (principalmente balas de mosquete) y, posiblemente, al lastre de piedra de la embarcación.
El área se caracteriza por la presencia de grandes bloques de piedra, algunos que afloran fuera del agua, entre los que se localizan pequeñas fosas de hasta seis metros de profundidad. Los cañones se encuentran desparramados en un área de 400 metros cuadrados, en profundidades que varían entre uno y seis metros. Se elaboró un plano de la dispersión de los cañones si bien las diferencias de profundidad hacen que aún en los días más calmos se produzcan fuertes corrientes entre los bloque de piedra volviendo sumamente dificultosa la tarea de registro arqueológico.
(26) Una de las ventajas obtenidas por Inglaterra en el tratado de Utrech (1713) fue la concesión para realizar el comercio de esclavos con el Río de la Plata conocida como "Real Asiento". Sección 5ª Gobierno y Audiencia de Charcas, legajo 342 y Sección Casa de Contratación de las Indias, legajo 1877. AGA, Sección Colonia.
(27) Venían de Madagascar y llevaban 12 meses sobre el barco (Studer, 1958: 214).
(28 ) Studer, 1958: 216.
(29) Ibid, : 217.
El navío "Agamemnon" fue comenzado a construir en 1777 y botado el primero de abril de 1881 en el astillero deHenry Adams, próximo al puerto de Portsmouth. (30)
Construido de acuerdo a los planos del arquitecto naval Sir Thomas Slade, reproduce el prototipo del navío"Ardent" (cuyos planos se conservan en el Museo Marítimo Nacional en Greenwich). Es el tercero de una serie de siete de los cuales aún sobrevive el "Victory". Desplazaba 1.384 toneladas medía 49 metros de eslora, 13,5 metros de manga y 6,5 metros de puntal.
Era un buque de guerra (de ahí el prefijo "HMS" - His Magesty Ship - que acompaña su nombre) calificado como de"tercer rango de la línea". Esta calificación que se basa en el número de cañones - 64 en este caso - y de acuerdo a ello la posición que ocupa en la "línea" de combate. Participó en 11 batallas entre 1781 y 1807 habiendo sido comandado desde 1793 hasta 1796 por el Almirante Horatio Nelson. Cuando naufraga en 1809 se encontraba al término su vida útil, siendo necesario reforzar su estructura con cabos, que lo ceñían exteriormente, para completar su travesía desde Río de Janeiro al Río de la Plata.
Su último destino militar fue, desde 1808, la flota del Atlántico Sur de la Marina Real Británica basada en Río de Janeiro. Estaba comandado por el Capitán Jonas Rose.
En octubre-diciembre de 1808 realiza su primer viaje al Río de la Plata, retornando nuevamente en junio de 1809 en búsqueda de una supuesta flota francesa que se habría hecho presente en el estuario.
Naufragó en las cercanías de la punta norte de la Isla de Gorriti el 16 de junio de 1809, a raíz de haber encallado y como consecuencia del mal estado general del buque que no soportó las maniobras para desencallarlo. Luego de su naufragio el barco fue asistido por varias embarcaciones de la Marina Real, las que procedieron al rescate de sus restos hasta noviembre de ese mismo año, llegando a recuperar incluso parte del lastre de la embarcación.
Desde hace ya varios años numerosos investigadores nacionales y extranjeros se han interesado por la historia del navío "Agamemnon" y por la localización del punto donde naufragó en nuestras costas (Köncke 1992; Deane 1994).
Estas investigaciones han concurrido a lograr el acopio de importante información documental (Deane 1994) y, finalmente, al descubrimiento del pecio del "Agamemnon".
Los restos del pecio están separados en tres grupos. El principal ocupa un área aproximada de 40 por 16 metros, orientados sobre un eje aproximado N - S. Se encuentra cubierto por una densa capa de mejillones que dificultan la identificación de los objetos, principalmente en aquellas áreas de concreciones de hierro.
Como elemento significativo se destacan el alineamiento de clavos de bronce (de aproximadamente 1 metro de largo y 5 cm. de diámetro) en el borde W del pecio, que deben corresponder a la quilla de la embarcación, así como los grandes bloques de concreciones de hierro (encerrados en una línea continua), ubicados en el centro E del pecio, que corresponden esencialmente al lastre del navío. Asimismo se destaca en el centro W del conjunto el emplazamiento de una de las bombas de achique las que normalmente se encuentran al centro de la nave.
A unos cien metros hacia el sur hay un pequeño conjunto de maderos, posiblemente correspondientes a la proa de la embarcación y, finalmente, se puede observar, también aislado del resto del pecio, el emplazamiento de un gran cañón de hierro ubicado a unos diez metros al SW del mismo. Este mide 3,31 metros de largo por 0,57 a 0,44 m de diámetro; es de calibre 24 (24 libras de peso del proyectil), y muy probablemente fue perdido durante las operaciones de descarga de la embarcación.
Este cañón fue extraído, siendo sometido a tratamiento electrolítico en dependencias de la Prefectura Nacional Naval en Montevideo.
El principal elemento de interpretación, que permite afirmar en forma concluyente que los restos investigados corresponden al HMS Agamemnón, es la presencia de la llamada "broad arrow" en la inmensa mayoría de los artefactos encontrados. Se trata del grabado de una pequeña flecha diseñada por tres "trazos", casi del mismo largo, el eje central es apenas más largo que los "brazos" laterales, dándole ese aspecto característico de "flecha ancha".
Esta marca ya había sido indicada en 1987, por el investigador Alfredo Koncke, como elemento identificatorio de la marina británica en general y del navío Agamemnon en el caso particular (Koncke 1992: 122-123). Este investigador señala que la misma fue utilizada desde 1631 para marcar la propiedad real británica y especialmente los artículos militares.
La posibilidad de que se tratara de otra embarcación británica que se hubiera perdido en la misma zona es altamente improbable ya que no existe registro de otro acontecimiento similar y dado las características generales de la embarcación, atestiguadas por las dimensiones de las estructuras y materiales observables en el pecio (unos cuarenta metros de largo), debería tratarse de un navío de gran porte que difícilmente pudiera haber escapado a los meticulosos registros de la marina británica.
Asimismo debemos señalar, como elemento identificatorio, la casi total ausencia de artefactos móviles en el pecio, la que - aún teniendo en cuenta que el mismo, dada su ubicación, debe haber estado sometido a diversos pillajes desde su hundimiento - concuerda con la prolongada operación de rescate de su carga que consta en las referencias documentales (Deane 1994 :120-121).
En contrapartida debemos tener en cuenta que en esa misma documentación no se señala la pérdida de ningún cañón durante las operaciones de rescate, lo que no quiere decir que no se hubiera producido aunque llama la atención que no se hubiera señalado dada las dimensiones del cañón. Al mismo tiempo queda claro que no pudieron retirarse por lo menos 6 de los cañones de la cubierta inferior de la banda de estribor sobre la que se apoyó el navío al naufragar (Deane opina que pueden haber quedado hasta 18 cañones sin rescatarse, 1994: 121).
Esos cañones no fueron localizados en las investigaciones que hasta ahora se han realizados y tanto puede ser que los mismos todavía se encuentren enterrados o que hayan sido objeto de pillajes posteriores. Si así fuere el cañón recuperado podría haberse perdido en esas circunstancias.
El navío "Salvador" alias "El Triunfo", naufragó el 31 de agosto de 1812, al interior de la bahía de Maldonado. (31) Setrataba de un navío mercante, de cerca de 50 metros de eslora, utilizado como transporte de tropa destinadasoriginalmente al Perú.
Fue desviado a los efectos de auxiliar a desbloquear el sitio de Montevideo por las fuerzas patriotas y era comandado por el capitán José Alvarez. A su bordo iban 520 soldados, pertenecientes al batallón de Albuera, junto con tripulantes y pasajeros deberían ser cerca de 600 personas en total. (32)
Sorprendidos por un pampero y perjudicados por la falta de experiencia marinera de la mayoría (el expediente del archivo Alvaro de Bazán habla a fs. 16 de "una criminal absoluta y general ignorancia"), encalló en el fondo de la bahía, separándose la obra muerta del casco de la embarcación, provocando una tragedia de la que sólo se salvaron 130 personas. (33)El gobierno de Montevideo dispuso entonces de los escasos recursos de que disponía para asistir a los náufragos e intentar recuperar la carga del buque, lo que sólo se logró mínimamente.
El pecio fue localizado accidentalmente, cerca de la costa de la bahía, durante las operaciones de búsqueda del navío "Agamemnón".
Los restos se encuentran divididos en dos grandes áreas: El área NW de 36 metros de largo por 17 metros de ancho (aproximadamente pues no presenta un límite definido), caracterizada por la presencia de gran cantidad de vestigios, en particular cañones de bronce y grandes bloques de concreciones, seguramente correspondientes a objetos de hierro (posiblemente lastre), pero donde difícilmente se reconocen los restos del casco de la embarcación. Es en esta zona donde se observan restos esqueletarios así como numerosos objetos de pequeñas dimensiones, vajilla, artículos personales, instrumentos de navegación, etc. El área SE, de aproximadamente 42 por 16 metros, está constituida esencialmente por restos del casco de la embarcación, en particular de la popa, reconociéndose claramente los restos del timón. En esta área son escasos los objetos de pequeñas dimensiones.
(31) La documentación consultada fue recabada por el Sr. Hector Bado en el Archivo Alvaro de Bazán y en el Museo Naval de Madrid.
(32) Se suponían 608 pero una revista realizada próximo a la partida encontró son 577, no quedando claro si se logró reclutar el número de soldados esperados, ni quien componía el resto del pasaje.
(33) La "obra muerta" es la parte de la embarcación que permanece fuera del agua; antonómicamente la "obra viva" es la que sostiene al barco sobre el agua.
Ambas áreas están separadas por una distancia de 27 metros, delimitando un área en la que esporádicamente se reconocen objetos aislados, generalmente pequeños artefactos, que establecen por sus características un claro vínculo entre las dos zonas descritas.
Finalmente, al NE de los restos del pecio, a una distancia que no pudo ser precisada en esta etapa se encontró un fragmento del ancla del navío.
La identificación del "Salvador" es indudable dada la naturaleza de los vestigios observables.
En primer lugar, por la presencia de siete cañones de bronce, con inscripciones que atestiguan de su fabricación en Santo Domingo Soriano (en Soria, España) en el año de 1801. A esto se agrega una importante cantidad de equipamientos militares: mosquetes, sables, balines de plomo, piedras de chispa, los que, sumados a los numerosos restos esqueletarios, forman un conjunto coherente con la información documental que nos habla de la pérdida de cerca de quinientos soldados en dicho naufragio.
Asimismo, las características arqueológicas de los materiales observados, vidrios, lozas, etc. concuerdan con lo esperable para una embarcación de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
La embarcación parece haberse partido en el momento de chocar con el fondo, y se observan, como ya se señaló, dos concentraciones de materiales de características bien disímiles.
En una predominan los elementos de madera y bronce constituyentes de la popa de la embarcación (zona SE), los que confirman el importante porte del navío. En ella se encuentran muy pocos elementos muebles, lo cual posiblemente se deba a la forma en que se produjo el naufragio, que hizo que la obra muerta, con todo su contenido, se precipitara al fondo en forma catastrófica. Esta interpretación es confirmada por el testimonio del práctico Antonio De Acosta y Lara, sobreviviente de la catástrofe (figura en el expediente del Archivo Alvaro de Bazán), quien describe el momento del hundimiento del navío en estos términos: "En el camino bolvi la vista sobre aquel doloroso quadro que acababa de abandonar, y vi la parte superior del buque ú obra muerta voyando ya sobre el agua y que aproaba al viento.".
Las diferencias entre ambas zonas también pueden deberse a las diferentes historias vividas por ambas secciones con posterioridad al naufragio. Es muy probable que la SE haya sido la parte del pecio que se exploró luego del naufragio y pudo haber sido sometida luego a diversos pillajes.
En la otra sección, separada por un área de transición en la que esporádicamente aparecen artefactos aislados (testimonio del la breve historia transcurrida entre la ruptura del casco y el hundimiento de la obra muerta), hay una asombrosa concentración de vestigios, de gran diversidad y en un notable estado de conservación, debido a que la misma debe haberse cubierto rápidamente de arena, la que sólo recientemente se ha retirado (como lo demuestra en parte la limitada presencia de fauna y flora marítima si lo comparamos con el cercano Agamemnon). Entre los vestigios se destacan los restos esqueletarios, los que en parte conservan restos de uniformes y zapatos, con los huesos en conexión anatómica, lo cual testimonia que no han sufrido desplazamientos luego del naufragio. Son asimismo notables los artefactos en madera que presentan una extraordinaria "frescura" como si recién hubieran sido fabricados.
Junto a estos señalemos las armas (que presentan importante deterioro en sus partes de hierro), en particular los elementos de bronce, los botones y otros vestigios de adornos de la vestimenta. Lozas, cerámicas, botellas de vidrio, algunas de ellas intactas que conserva aún el vino de su contenido original.
La cantidad y calidad de los vestigios sumergidos, sumadas a la poca profundidad, la facilidad de acceso (a escasos metros de la orilla de la playa "mansa") con el peligro de depredación que esto implica llevó a que la Comisión del Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación aprobara, por primera vez, un proyecto de rescate arqueológico de una embarcación hundida.
El proyecto se centró en la recuperación de los vestigios observables sobre el fondo marino, principalmente aquellos que se encontraran en mayor riesgo, tanto sea por causas naturales como por la posibilidad de depredación del sitio, siempre teniendo en cuenta las dificultades de conservación de los objetos una vez extraídos del medio marino ya que no debían retirarse objetos que luego no pudieran ser conservados.
La recuperación de los objetos se hizo en base a una cuidadosa ubicación planimétrica de los mismos, la que se basó en la técnica de la triangulación a partir de puntos base y en la utilización complementaria de una grilla de seis metros cuadrados que se ubicaba sobre las áreas con objetos, estos eran luego situados al interior de cada metro cuadrado, recibiendo cada uno de ellos su correspondiente número de catálogo.
Una vez retirados del fondo del mar los objetos fueron sometidos a distintos tratamientos de conservación, algunos definitivos como en el caso de materiales estables (metales nobles, vidrio, cerámicas, piedras), otros transitorios, de"primeros auxilios", hasta su tratamiento en laboratorios especializados. (34)
De esta manera se reunió una interesantísima colección que comprende desde los cañones de bronce ya mencionados hasta "bijouterie" pasando por copas, vasos, botellas con vino, cuchillos, monedas, instrumentos de navegación, zapatos, fragmentos de lozas y cerámicas, etc.